31 oct 2010
El Invitado
27 oct 2010
¡Ay, que me meo!
Pero que va. Al parecer, lo de mi admirada Doña Concha era solo la punta del iceberg. Desde entonces la publicidad de estos productos se ha multiplicado exponencialmente y han salido al mercado ingentes cantidades de compresas para atajar este mal, lo cual da una embergadura real de esta problemática. Concretamente fue el anuncio de Ausonia Evolution el que me abrió los ojos de la magnitud de esta tragedia. Según su publicidad, esta compresa fue elegida producto del año para pequeñas pérdidas de orina. Me dije: vamos a ver, ¿tantos productos contra las pequeñas pérdidas de orina existen? ¿Tanta tía hay que se mea encima?
Dicen que los gays perdemos aceite pero a tenor de esta publicidad, las mujeres van perdiendo pis apestoso por todas partes. A lo mejor se refieren realmente a eso cuando dicen que están húmedas.
La publicidad siempre va a mas allá e intenta llamar nuestra atención de la manera que sea. Lo último en marketing para higiene femenina es este curioso anuncio.
Una muchacha nos pregunta: ¿qué es lo primero que notas cuando te fijas en mi? ¿Pues qué va a ser? Que tienes unos ojos verde florescente rollo zombie que dan pánico. Parece que la pobre haya pasado unas largas vacaciones en Chernóbil o le guste jugar con el salfumán. Podría ir meada de arriba a abajo que con esos ojos en plan Rayos X nadie se iba a dar ni cuenta.
Al parecer el problema ocular no es el único que sufre, la pobre. También tiene incontinencia urinaria. ¡Vaya chollo! Pero como ella es muy lanzada y lleva Tena Lady, baila, patalea se espatarra, se contonea y viste gasas vaporosas, que son más susceptibles de empaparse de orina que un recio vestido de esparto que es lo que deberían llevar las mujeres meonas que no usan esa marca. En cambio, querida amiga, si usas las compresas del anuncio, puedes mearte tranquila a ritmo de cha-cha-cha y quedarte tan a gusto. Ni tu compañero de baile ni nadie más va a darse cuenta de tu pequeño secreto. Eso sí: no se te ocurra quitarte las bragas...
25 oct 2010
Lady Gaga se viste de Amaya Arzuaga
Bueno, bueno. Ya no solo nuestra princesa hace gala del producto español en sus vestimentas. Hasta la mismísima Lady Gaga decide apostar por un diseñador español a la hora de salir a la calle. Ha elegido un modelo de Amaya Arzuaga de la primavera-verano 2011, mira tú que adelantada. A mi Lady Gaga me parece un poco mamarracha, y la reinterpretación del modelito de Amaya ni te cuento, pero no hay que negar que esta mujer marca tendencia. Buena o mala, pero tendencia. Parece que el amor por los modelitos de la diseñadora burgalesa le vino en 2009 cuando para la portada de la edición española de NEO2 la enfundaron en uno de sus vestidos. Tanto le gustó que quiso comprarlo. No sé si finalmente lo compró o se lo regalaron, pero fuera como fuere, felicidades Amaya.
24 oct 2010
Desde Rusia, con amor
-Come with me. Please-, me dijo a la vez que tomaba mi mano y tiraba de ella.
Me desvestí y me tumbé a su lado. Inmediatamente me abrazó. Yo pasé mi brazo por debajo de su cuello, él apoyó su cabeza en mi hombro y a los cinco minutos estaba roncando. Allí lo tenía. Aquel tiarrón siberiano con el que había fantaseado, aquel pedazo de hombre de piernas potentes y pecho rotundo estaba desnudo a mi lado. Lejos de excitarme aquel cuerpo agotado me provocó una gran ternura. Pobrete; su salida de Rusia había sido bastante accidentada. No se despegó de mi ni un centímetro en toda la noche, literalmente.
Me ha llamado esta tarde desde Donosti. Una vez más me ha agradecido todo y me ha informado que va a volver a Barcelona tras los días con su hijo. Su intención inicial era visitar otras ciudades.
-¡Wonderful!-, le he dicho yo.
23 oct 2010
Los Seductores
22 oct 2010
Adios, Boy
Descanse en paz.
11 oct 2010
Buried
¿Has visto lo que ha hecho la cochina de tu hija?
Sería el verano de mis 12 o 13 años cuando, durante una cena entre mis padres y unos vecinos, se comentó El Exorcista. Yo sabía de oídas sobre la película, que por aquel entonces tendría unos cuantos años ya, pero tampoco la tenía muy presente. Recuerdo que los vecinos comentaron que el film era impactante, sí, pero que el libro era mucho mejor ya que dejaba que la propia (malsana) imaginación de cada cual recreara a su manera los momentos más terroríficos. Al día siguiente me encaramé a una silla y me hice con la novela que mi padre guardaba en los estantes más altos de su librería, junto a otros títulos que consideraba no eran apropiados para los niños. Empecé a leerla a la luz de día, sobre todo durante la hora de la siesta; por la noche ni me atrevía a tocar el libro no fuera a ser que estuviera endemoniado.
He aquí algunos de los mejores momentos de la película.
A raíz de su éxito, la novela se alzó en el puesto más alto de las listas de ventas de libros, y William Peter Blatty, además, ganó el oscar al mejor guión adaptado. La jugada le salió redonda.
El Exorcista es de esos pocos casos en los que el éxito de público coincidió con las alabanzas de la crítica. Esta extraña comunión cobra más valor al tratarse de una cinta de terror, género normalmente menospreciado tanto por la industria como por los entendidos. Inmediatamente se convirtió en la película más taquillera del año y en una de las que más dinero recaudó en todos los tiempos. Estuvo nominada a diez oscars de los que ganó dos. El gran acierto de Friedkin fue plantearla como si fuera un auténtico drama realista. En ese sentido son ejemplares las escenas de las pruebas médicas a las que someten a la pobre Regan, casi tan turbadoras como la propia posesión y la imaginativa utilización de los compases del Tubular Bells de Mike Olfield, inquietante, pero sin efectismos, como suele suceder en las bandas sonoras de los filmes de terror. (¿Cuántos thrillers no cuentan desde entonces en su BSO con temas en los que un puñado de notas son repetidas hasta la saciedad?). La solidez incuestionable de la historia y la solvencia de los actores hizo el resto. A destacar también el desconcertante final. Si bien es cierto que Regan acaba limpia de la posesión, el mal no es vencido si no que es solamente desviado. Friedkin tuvo que salir al paso de las protestas de ciertos sectores vinculados al catolicismo y explicar públicamente que su película acababa bien, que el mal era derrotadoy quien no lo viera así, no había entendido nada. Sorprendente.
A parte del impacto que tuvo en el cine en general y concretamente en el género del terror, siempre he pensado que El Exorcista es fruto del momento en el que fue creada y de una manera de entender el cine. Los años 70 fueron mucho más libres y honestos que los ochenta y noventa. Una ola de conservadurismo se impuso en los USA (y por ende en el resto del mundo) con la llegada a la Casa Blanca de Ronald Reagan en 1981, conservadurismo moral que llega hasta nuestros días. A partir de entonces se implantó el termino políticamente correcto, que no quiere decir otra cosa que vigila qué dices. El Exorcista es políticamente muy incorrecta. La imagen de una virgen profanada a la que se le han añadido larguísimos pechos negros y un pene negro y rojo como de animal, así como se le han pintado las manos de rojo sugiriendo que la virgen se ha estado masturbando, está todavía prohibida en países como Italia.
Hoy en día el visionado de El Exorcista me sigue inquietando, pero ya no tanto como antes. Al diablo le veo un punto cachondo, va salido y tiene muy mala baba; francamente conecto bastante con él. ¿Será que estoy siendo poseído también? Aún así, prefiero no verla yo sólo de noche.
Y como para gustos, colores, aquí tenemos el resumen que Raquel Revuelta - Paco León hizo de esta mítica película en aquel divertidísimo Homo zapping. Esta es quizás la interpretación más maruja y divertida de todas las que visto.
9 oct 2010
Cuando España era moderna 4. Paella
Yo veo este programa y digo: España parece buen sitio y muy moderno. Yo cocino paella valenciana para Klaus. Pero yo no tengo tantas ollas y mi cocina es normal y no tengo tanto espacio. Yo pienso: ¡cocinas españolas tienen que ser muy grandes y con muchos utensilios! Al final cuando pongo paella en hombro como cantante en video, sartén cae. Me quemo piernas y tengo que tirar pantys a basura.
7 oct 2010
La prisa no es buena
Si es que no se puede ser más bruto.
Hay quien dice por la red que este mamarracho chino (parece un trabalenguas) murió en la caída por el hueco del ascensor. De todas maneras queda claro que la prisa nunca es buena. Tómatelo con calma.
6 oct 2010
Odio a primera vista
El otro día había acabado yo mi durísima sesión de ejercicios para el estímulo del tren superior y me encaminé a las duchas con la satisfacción del deber cumplido. En el vestuario me desnudé, me calcé mis chanclas de marca y me envolví la cintura con la toalla intentando darle a aquel improvisado modelo un aire masculino a lo gladiador dejando un poco de vello púbico a la vista. Cogí mi gel de baño a las finas hierbas de la Provence con sales minerales del Mar Muerto y extractos de colágeno de secuoya americana plantada a más de 2000 metros de altitud, y me fui a la ducha tan ricamente. Avanzaba yo con gran aplomo entre hombres semidesnudos intentando darme un aire digno y despreocupado, cuando me encontré de frente a Diego, mi PT. Iba en pelota picada y todavía tenía el cuerpo perlado de gotas de agua de la ducha. ¡Y vaya cuerpo, joder! Hablamos un momento, soy incapaz de acordarme de qué, la verdad. Él se pasaba la toalla por aquí y por allá, secando su piel y poniéndome cada vez más nervioso. Yo intentaba por todos los medios que la vista no se me fuera a su paquete directamente (complejos de marica). Con el cuello bloqueado y la mirada fija en el frente, seguí mi camino como si tal cosa esquivando a los hombres en cueros que salían a mi paso. En estas que pisé sin darme cuenta (por no mirar al suelo!!!!) un charquito de agua dejado por un gilipollas que no se había escurrido lo suficiente en las duchas. La chancla patinó y se me salió, el pie me resbaló y perdí el equilibrio. Hice todos los esfuerzos por no caerme, así que el tropiezo resultó todavía más ridículo. Fui como deslizándome hasta quedar en una especie de genuflexión absurda, con las piernas semiabiertas, una rodilla hincada en el suelo y los brazos en alto (no me preguntéis porqué). Si hubiera de buscar un símil gráfico, creo que lo más parecido a la postura en la que yo me encontraba sería la Pavlova interpretando la Muerte del Cisne. No se muy bien cómo, la toalla que hasta hace poco cubría mis partes, fue a parar un par de metros más allá, mientras que el carísimo gel fue rodando hasta desaparecer debajo de las taquillas. Intenté aparentar que no había pasado nada; el vestuario estaba en ese momento abarrotado de tíos que evitaban mirarme, pero la verdad es que la ingle me había dado un tirón que me hizo ver las estrellas mientras que el muslo de la otra pierna se me desoyó contra uno de los bancos de madera donde un señor se ponía los calcetines. Todo el mundo pasó de mi (por lo menos ahogaron las carcajadas). Me levanté con toda la dignidad de la que fui capaz (que no fue mucha) y al girarme vi al pijo italiano tendiéndome la toalla que se me había caído.
-¿Te has hecho daño?- me preguntó con su cantarín acento.
-No, no. No ha sido nada-, mentí, intentando no cojear ni dejar caer el lagrimón que asomaba amenazante en mis ojos.
-Es que este suelo resbala mucho.
-Sí-, respondí con una sonrisa a la vez que recogía la toalla que me tendía-. Y la gente que no sabe que tiene que secarse en las duchas- añadí en tono alto para que todos me oyeran y el culpable de mi incidente se sintiera muy culpable.
Me alejé apoyándome en el poco decoro que me quedaba. Pero antes de poder esconderme en la cabina de la ducha para intentar recomponer mi maltrecha dignidad y mis magulladas piernas, tuve que volver al lugar del accidente, agacharme ignominiosamente a cuatro patas y, con el culo en pompa, buscar bajo las taquilla el puto gel de las secuoyas de la Provence de los cojones. Mientras el agua caliente caía sobre mi piel, pude por fin recomponerme un poco y frotarme las zonas doloridas. Y reflexioné. No se puede juzgar a nadie a primera vista, me dije. Y admití que había sido injusto con el pijo italiano.
Pocos días después, estaba yo dándome un baño relajante en la zona de aguas del gimnasio cuando oí que alguien se acercaba. Era el italiano y venía acompañado de una chica. Se acabó el relax. Se metieron en la misma piscina que yo y estuvieron cuchicheando y riendo todo el rato. Y seguro que bajo el baño de burbujas, estaban haciendo manitas. Me levanté a media sesión y me fui. No, no me había equivocado: el italiano era un gilipollas. Con matices pero gilipollas al fin y al cabo.
3 oct 2010
El Viaje de Baldassare
Corre el año 1665. Europa, arrasada por la peste, es un polvorín por las intrigas entre las grandes potencias y los conflictos religiosos. Corren rumores entre todas creencias de que el fin del mundo sucederá en 1666, que el Anticristo dominará la tierra.
Baldassare Embriaco es un comerciante de libros y rarezas de origen genovés afincado en el Líbano. Es bon vivant erúdito incrédulo ante todas esas supercherías que tienen al pueblo soliviantado. Pero a pesar de su escepticismo se verá obligado a cruzar la convulsa Europa siguiendo un mítico libro que contiene el nombre secreto de Dios, un nombre que dará la salvación eterna a quien lo descubra.
Un secreto por desentrañar, un hombre empujado por las circunstancias en contra de su voluntad, viajes a lugares exóticos, personajes peculiares… El punto de partida de El viaje de Baldassare se asemeja al de estos best sellers que ahora están tan de moda. Pero nada más lejos de la realidad. Como indica el título, lo importante es el viaje en sí. Un viaje iniciático en el que Baldassare, como todo héroe que se precie, se pone a prueba a si mismo. Que nadie espere un final lleno de fuegos artificiales ni grandes revelaciones, por que no los hay. Hay intrigas, hay amores y hay reflexiones sobre la vida, sobre las creencias, sobre la condición humanda y sobre la realidad de la época que en la mayoría de casos podemos aplicar a nuestros días
Donde la novela logra un gran peso específico es en el retrato del momento. Durante el periplo, narrado en forma de diario personal, personajes de toda índole, creencia y calaña nos van mostrando lo que era la vida en el viejo continente convirtiéndolo así en un gran fresco de la vida en la Europa del Barroco. Y la conclusión a la que se puede llegar es que en el fondo, en lo esencial, hemos avanzado muy poco desde entonces. A pesar de Internet, de los móviles, de las vacunas y de la inmediatez de todo, seguimos siendo igual de intolerantes, ignorantes, interesados y violentos como lo eran nuestros antepasado del siglo XVII.
El Viaje de Baldassare destila también un gusto por el paso del tiempo. Las cosas se toman su curso para suceder, los días tiene 24 horas y los viajes lentos permiten apreciar el cambio de los paisajes y asumir lo que sucede alrededor de los personajes. Seguro que el origen libanés de Amin Maalouf, influye en la pausada percepción del paso del tiempo que exuda el libro.
Una novela muy entretenida y recomendable. Y para nada el tostón que uno espera al ver impreso en la portada lo de Premio Principe de Asturias 2010. Una delicia.
¿De qué te quejas, pringao?
Cuando regreses a casa después de una dura jornada de trabajo, de aquellas jodidas de verdad en la que hasta la señora de la limpieza se las ha ingeniado para complicártela, detente en una farmacia y compra un termómetro rectal de Johnsons & Johnsons. Asegúrate de que sea de esa marca. Cuando llegues a tu casa cierra la puerta y las cortinas y desconecta el teléfono para que no te molesten. Ponte ropa cómoda y siéntate en tu sillón favorito. Abre el embalaje, saca el termómetro y, con cuidado, ponlo sobre una mesa o una superficie de la que no se pueda caer.
Saca las instrucciones de la caja y lee con atención. Hacia el final del prospecto encontrarás una frase escrita en letra pequeña que dice:
Ahora, cierra tus ojos y repite en voz alta 'Soy feliz por no trabajar en control de calidad de Johnson & Johnson'.Todos los termómetros rectales hechos por Johnsons & Johnsons son personalmente probados y luego esterilizados
Recuerda, si no sonreíste eres un amargado y Deberías ir a trabajar como probador de termómetros!