28 sept 2011

Machos en venta

Curioso reclamo el que vi el otro día en un escaparte de un comercio del centro.


Por un momento pensé que mi sueño de tener un harem de machos atendiendo mis necesidades y caprichos podría por fin verse cumplido. La verdad es que estuve muy tentado a entrar en la tienda y pedir media docena.
-¿Se pueden elegir tamaños, colores y atributos o los entregan así al tun-tun?
Claro que a ese precio no era para ponerse muy exigente. Ya se sabe que si uno no queda satisfecho puede devolver la mercancía defectuosa y cambiarla por otra.
Pero como en todas promociones comerciales, aquí había gato encerrado. Me hizo sospechar el garrafal error ortográfico de cartel. Y de pronto me di cuenta que ese supuesto error no era tal, y mi sueño se desvaneció. Esa tienda no vendía lo que yo había imaginado por unos instantes.
¡Qué desfachatez poner un anuncio que induzca a tamaña confusión! ¡Debería demandarles por inducir a tal engaño!
Pero como soy de natural tranquilo y bondadoso, lo único que hice para paliar mi disgusto fue entrar en el establecimiento de al lado y comprarme un helado de tamaño descomunal que me costó eso, tres euros.

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