Mientras me sumergía en las profundidades de 1Q84, en aquellos pasajes de la novela dedicados a Aomame, me venía a la memoria otro personaje de ficción: Lisbeth Salander. ¿Pueden asemejarse una sueca y una japonesa? Eso parece. Las heroínas creadas por Murakami y Larsson respectivamente guardan muchas similitudes. La principal es que las dos mujeres sienten autentico odio hacia los maltratadores. Y esa es una de las fuerzas motoras de las obras que protagonizan. Pero hay más.
·Aomame y Salander son dos heroínas modernas, consideradas por algunos como la nueva cara del feminismo.
·Ambas llevan a sus espaldas el peso de sendas trilogías: 1Q84 y Millennium respectivamente.
·Las dos han tenido una infancia complicada.
·Son frías y calculadoras y no temen ejercer la violencia.
·Son mujeres de pocas palabras.
·No tienen apenas amigos.
·No acaban de encajar en la sociedad.
·Ambas son estilizadas y atléticas.
·Tienen actitudes y comportamientos autodestructivos.
·Tienen percepciones de la realidad un tanto peculiares / distorsionadas.
·Son sexualmente activas y con tendencias bisexuales mas o menos acusadas.
También tienen diferencias, por supuesto. Las más marcadas hacen referencia al carácter refinado de Aomame por el más brusco de Salander, además de las derivadas de las diferentes épocas en las que viven (1984 Aomame por 2005 Salander).
·A Aomame le gusta la ropa de marca mientras que Salander cultiva una estética punk, basada en tatuajes, piercings, cazadoras de cuero y color negro.
·La japonesa se acerca al ideario romántico: su existencia está marcada por un amor platónico y juega con la idea del suicidio. La sueca es una superviviente nata y no está para romances.
Hay muchas más, tanto similitudes como diferencias, pero resulta sumamente curioso que dos de los best sellers más destacadas de los últimos años, escritos por autores tan diferentes tanto en estilo, como en cultura y orígenes, tengan protagonistas tan similares.
Aomame y Lisbeth Salander están llamadas a convertirse en arquetipos del thriller moderno.
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