Hace unos meses leí un artículo que ironizaba sobre los resultados de un estudio estadísticos de comportamiento y actitud en USA cuya conclusión era que para un americano era más fácil aceptar que su pareja había cometido un asesinato que aceptar que su pareja le había sido infiel.
La verdad es que a raíz de lo que muestra el cine que nos viene de los Estados Unidos no me extraña. En la pantalla muere mucha más gente de la que folla (por no decir que hace el amor, que es otra cosa).
The kids are all rigth es una mediocre cinta más como las que ya hemos visto un millón de veces. Ni aporta nada, ni es fresca, ni tiene un mínimo de originalidad. Plantea lo de siempre: una pareja de mediana edad que entra en crisis cuando uno de los miembros se acuesta con un tercero. Entonces ya está, ya lo tenemos: gran desastre, con desgarre de vestiduras, peleas y gran drama.
Lo que me ofende de esta cinta y me empuja a escribir esta reseña (pelis malas veo miles) es que en este caso nos la quieren dar con queso. Nos quieren presentar una visión fresca y diferente d la historia pues en esta ocasión la pareja en crisis son unas lesbianas. Sí, son dos lesbianas de clase media, con hijos. El paradigma de la familia moderna. Y ahí se acaba la novedad. Eso sí, todo rodado en plan indie e intentando destilar buen rollito, sin conseguirlo. Más bien lo que destila es un tufo a moralina conservadora que tira de espaldas.
¿Para cuándo una peli en la que los cuernos no sean planteados no como el problema si no como una de sus consecuencias?
¿Y hace falta que sean lesbianas para plantear un conflicto tan poco original y moralista? Dos personas del mismo sexo que luchan por tirar adelante una relación contra corriente, contra lo establecido, contra la opinión de muchas mentalidades seguramente se enfrentan cada día a cuestiones mucho más interesantes y surrealistas de las que muestra la cinta.
Supongo que al final lo que me enfada es que las expectativas que tenía creadas de partida eran altas. No en vano la pareja de lesbianas están interpretadas por dos grandes actrices: Annette Bening y Julianne Moore. Reconozco que están muy bien en sus papeles, sobretodo Bening. Pero de este tipo de estrellas que cuida su faceta más intelectual uno espera además de buenas actuaciones cierto criterio a la hora de elegir papeles. Pues va a ser que no.
En definitiva, un gran fiasco.
Ah, y no os creáis el trailer; es mentira.
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